“El arte de la guerra se basa en el engaño”, Sun Tzu dixit. En un marco general donde la popularidad de Alberto Fernández y de su gestión está en zona roja, los engaños, amagues y presión política interna dentro de la coalición se exacerban. Más aún, cuando a una administración peronista en el medio de un experimento inédito de una gestión cuyo liderazgo político reside en la vicepresidencia, lo agarra encima una peste de frente que puso de rodillas a muchos países y líderes mundiales. Llueve sobre mojado. Una encuesta reciente de Zuban Córdoba estima un diferencial de 5% negativo para el presidente como para su gobierno, mientras que un flamante sondeo de Synopsis revela una brutal caída de popularidad en el ámbito de un pilar electoral del Frente de Todos. En 12 meses, la imagen positiva del gobierno entre los jóvenes de 16 a 29 años cayó desde un altísimo 77% a menos de un paupérrimo 20%.
