“¿Heisenberg?”. “Tienes toda la puta razón”. Si el verdadero Werner Heisenberg, no el evocado en este crucial diálogo de la serie Breaking Bad, hubiese tenido éxito al frente del programa atómico del régimen nazi, hoy no estaría escribiendo esta columna en PERFIL sino en una edición argentina de Das Reich, el semanario creado en 1940 por Joseph Goebbels. La adquisición de una ventaja decisiva en el plano científico y tecnológico tiene este tipo de consecuencias profundas. Semejante desequilibrio conseguido por Estados Unidos en aquel conflicto bélico redujo todo el armamento conocido a la categoría de arco y flecha. Hiroshima y Nagasaki dieron lúgubre testimonio. En el mundo actual con cinco países reconocidos como “nuclearmente armados”, y otros tantos que hicieron experiencias en la materia, predomina el escenario de la disuasión nuclear. Ninguna potencia tiene la capacidad del golpe único definitivo sufrido por aquellas islas japonesas en 1945. LEER MAS
