Rodríguez Larreta 2023 o nunca (*)

“Fuerte compromiso con la libertad”. Con ese centro al votante cambiemita, Rodríguez Larreta disparó su campaña 2023. Era lógico. Alfonsín y De la Rúa demostraron que el peronismo no era invulnerable en las urnas. Macri acreditó, además de su vulnerabilidad electoral, que no solo el peronismo terminaba sus mandatos en tiempo y forma. La vara de Rodríguez Larreta, será demostrar la existencia de un peronismo inédito, de un solo mandato. No tiene otra. Ocupa el sillón del candidato a presidente natural del arco no peronista, y su vida política tiene fecha de vencimiento, 2023. Una butaca de legislador nacional dañaría su perfil ejecutivo. Sin la botonera de CABA, Larreta sería uno más del montón. Por otra parte, aún teniendo tropa legislativa propia, no tiene cancha para forzar una reforma constitucional en la ciudad de Buenos Aires, salvo por vía de un acuerdo con otras fuerzas que le aportasen 8 legisladores a su grupo actual de 37, siempre y cuando la UCR estuviera dispuesta a sacrificar sus ínfulas políticas, hoy encarnadas por Martín Lousteau. Posible, pero poco probable. LEER MAS

26 años del atentado a la AMIA: no bombardeen Buenos Aires (*)

Durante años, muchos argentinos tuvimos la sensación de que aprendimos con sangre, que la política internacional no tiene un fuero contencioso administrativo, donde las disputas entre dos partes, se resuelven civilizadamente, con algún marco jurídico de por medio. Más cuando ellas involucran intereses difícilmente compatibles, donde participan contendientes con poderes desproporcionados. Escenarios de guerra asimétrica. Puntualmente, pensamos que los atentados a la embajada israelí en 1992 y a la Asociación Mutual Israelita Argentina AMIA en 1994, formaron parte de una trama donde nuestro país, por primera vez en su historia, entró como objetivo estratégico, en el marco de una contienda impulsada por organizaciones terroristas internacionales, con el objetivo de golpear a dos socios de Estados Unidos. Era la década del 90, los tiempos de las relaciones “con carnalidad”, Guido Di Tella dixit, del envío de fragatas a la Guerra del Golfo y un peso, un dólar. LEER MAS

Carlos Menem: del “1 peso, 1 dólar” al político piantavotos (*)

El derrumbe del Muro de Berlín dejó la mesa servida, pero los vientos de la historia se cobrarían una víctima. En particular, el ex vicepresidente y sucesor de Ronald Reagan, George HW Bush, no logró usufructuar el fervor político posterior al desplome de la Unión Soviética. Por el contrario, la recesión de 1990, condujo al Partido Republicano a una derrota en las elecciones de 1992. De ese modo, sería Bill Clinton, una figura demócrata, quien tomaría y capitalizaría la antorcha reaganiana, liderando una ola de reformas liberales, bajo el paraguas de la globalización. Por cierto, un fenómeno histórico conocido, pero con un condimento original de época. El viejo modelo focalizado en el comercio, las finanzas y la extracción de recursos naturales, familiar para cualquier líder de principios del siglo XX, dejó paso a nueva versión, concentrada en la inversión extranjera en servicios, así como en la deslocalización de industrias. Como muestra, sobra el botón de BASF y Caterpillar produciendo en China. LEER MAS