“Fuerte compromiso con la libertad”. Con ese centro al votante cambiemita, Rodríguez Larreta disparó su campaña 2023. Era lógico. Alfonsín y De la Rúa demostraron que el peronismo no era invulnerable en las urnas. Macri acreditó, además de su vulnerabilidad electoral, que no solo el peronismo terminaba sus mandatos en tiempo y forma. La vara de Rodríguez Larreta, será demostrar la existencia de un peronismo inédito, de un solo mandato. No tiene otra. Ocupa el sillón del candidato a presidente natural del arco no peronista, y su vida política tiene fecha de vencimiento, 2023. Una butaca de legislador nacional dañaría su perfil ejecutivo. Sin la botonera de CABA, Larreta sería uno más del montón. Por otra parte, aún teniendo tropa legislativa propia, no tiene cancha para forzar una reforma constitucional en la ciudad de Buenos Aires, salvo por vía de un acuerdo con otras fuerzas que le aportasen 8 legisladores a su grupo actual de 37, siempre y cuando la UCR estuviera dispuesta a sacrificar sus ínfulas políticas, hoy encarnadas por Martín Lousteau. Posible, pero poco probable. LEER MAS
