“Es mentira que mi padre fue congelado, ni siquiera escuchó acerca de la criogenia”, declaró hace unos años la hija del genial Walt Disney. Fue un gran mito urbano que, como toda fábula, tiene algún componente de realidad que lo torna verosímil. “Se non è vero è ben trovato”, reza el viejo adagio italiano. La idea no era nada descabellada. ¿Cómo alguien que legaba a la humanidad un proyecto de ciudad del futuro como Epcot Center, no podía tentarse con la idea de meterse en un súper freezer, para despertar en el año 2.100 con todas las soluciones científicas a sus dolencias e, inclusive, con una esperanza de vida de 130 años quizás? Tenía que correr mucho agua debajo del puente, así como una pandemia originada por unos inocentes murciélagos chinos, para que Argentina pruebe el experimento que no pudo ni siquiera realizar el célebre caricaturista. LEER MAS
